CHINA Y EL EFECTO DE REPRIMARIZACIÓN EN
AMÉRICA LATINA
CHINA AND THE EFFECT OF REPRIMARIZATION IN
LATIN AMERICA
Diego Alberto Aviles Quintanar
Estudiante, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, (México)
E-mail: diegoa.avilesq@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6865-2844
Pablo Wong González
Investigador, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., (México)
E-mail: pwong@ciad.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3678-1828
Recepción: 12/06/2019 Aceptación: 26/07/2019 Publicación: 23/08/2019
Citación sugerida:
Aviles Quintanar, D. A. y Wong González, P. (2019). China y el efecto de reprimarización en
América Latina. 3C Empresa. Investigación y pensamiento crítico, 8(3), 118-149. doi: http://dx.doi.
org/10.17993/3cemp.2019.080339.118-149
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RESUMEN
La expansión global de la economía China ha tenido distintas repercusiones, ya sea en el mercado
internacional de capitales o bien en los ujos del comercio mundial. Con un nuevo paradigma, e
incluso se debate sobre papeles hegemónicos de regiones (Beckley, 2011). El comercio que prevalece en
Latinoamérica con China ha sido distinto a lo largo de la historia, ha cambiado si se compara con el que
se muestra para la década de 1990. De ahí la necesidad de realizar la investigación donde se comparen
el impacto que China puede tener sobre los diferentes sectores de la economía de la región.
La reprimarización es un término que se reere al regreso de los países al sector primario de la economía.
Por ello, es necesario recordar en qué consiste este macro sector: son las actividades agrícolas, ganaderas,
pesqueras, mineras y forestales. En el texto se demuestran tres cosas, la primera de ellas corresponde a
la discusión teórica sobre la posible reprimarización y la manera en que ésta se puede dar. La segunda
es que el fenómeno reprimarizador se dé por la vía de cambios en la estructura productiva que se
contabiliza en el propios PIB; y la tercera es que ese fenómeno se reeje en el comercio internacional.
Conforme a la muestra de 20 países de la región con la que se estuvo trabajando en todo el texto,
solamente Brasil representa un tercio del PIB latinoamericano (para 2016, UNSTATS, 2017), Argentina
un 10%, Chile un 5%, Perú 4%, Ecuador 2% y Uruguay el uno por ciento. En su conjunto, este bloque
de países que están siendo inuenciados por China en el proceso reprimarizador, representan el 55% del
PIB de América Latina.
PALABRAS CLAVE
América Latina, China, Reprimarización, Comercio Internacional, Globalización.
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Ed. 39 Vol.8 N.º 3 Agosto-Noviembre ‘19
DOI: http://dx.doi.org/10.17993/3cemp.2019.080339.118-149
ABSTRACT
The global expansion of the Chinese economy has had dierent repercussions, either in the international capital market or
in the ows of world trade. With a new paradigm, and even debate about hegemonic roles of regions (Beckley, 2011). The
trade that prevails in Latin America with China has been dierent throughout history, it has changed if compared to the
one shown for the 1990s. Hence the need to conduct research that compares the impact that China can have on the dierent
sectors of the economy of the region.
Reprimarization is a term that refers to the return of countries to the primary sector of the economy. Therefore, it is necessary
to remember what this macro sector consists of: agricultural, livestock, shing, mining and forestry activities. The text
demonstrates three things, the rst of which corresponds to the theoretical discussion about the possible reprimarization and
the way in which it can be given. The second is that the reprimarising phenomenon occurs through changes in the productive
structure that is accounted for in the GDP itself; and the third is that this phenomenon is reected in international trade.
According to the sample of 20 countries in the region with which the text was being worked on, only Brazil represents one
third of Latin American GDP (for 2016, UNSTATS, 2017), Argentina 10%, Chile 5%, Peru 4 %, Ecuador 2% and
Uruguay one percent. This block of countries that are being inuenced by China in the reprimarising process, represent 55%
of the GDP of Latin America.
KEYWORDS
Latin America, China, Reprimarization, International Trade, Globalization.
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1. INTRODUCCIÓN
El presente documento tiene por objetivo establecer las nociones en el análisis sobre la reprimarización,
la existencia de este fenómeno en América Latina, localizar los países que viven una vuelta al sector
primario tanto en términos productivos como de comercio exterior, y a su vez, así como vincular la
inuencia que China ha tenido en este proceso. China es parte del debate internacional debido a su
crecimiento económico, resaltan sus resultados en materia económica, como que al interior de ese
país haya reducido la tasa de pobreza, que era más de 65 por ciento, a menos del 10 por ciento de
la población; unos 500 millones de personas salieron de la pobreza; actualmente posee dos de los 10
principales bancos del mundo; 61 empresas chinas están en la lista Global Fortune 500; y China ostenta
la segunda mayor red de autopistas mundial; los tres puentes de mar más grandes del mundo, y seis de
los 10 puertos más grandes del mundo (Banco Mundial, 2013).
China es parte del debate internacional debido a su crecimiento económico, resaltan sus resultados en
materia económica, como que al interior de ese país haya reducido la tasa de pobreza, que era más de
65 por ciento.
La expansión global de la economía China ha tenido distintas repercusiones, ya sea en el mercado
internacional de capitales o bien en los ujos del comercio mundial. Con un nuevo paradigma, e incluso
se debate sobre papeles hegemónicos de regiones (Beckley, 2011). La historia del comercio internacional
que se ha desarrollado a través de los mares ha transitado, en un primer escenario, en el comercio que se
dio a través del Mar Mediterráneo durante la Edad Media, los reinos europeos y sus relaciones con África
y Asia. Tras el descubrimiento de América, y el desarrollo de nuevos actores como Estados Unidos o
América Latina como generadora de materias primas, hubo un primer cambio en el centro del comercio
internacional marítimo, del Mar Mediterráneo transita al comercio en el océano Atlántico. Hoy existen
nuevas economías industrializadas, ubicadas en las costas de otro mar. Este comercio marítimo se vuelve
a trasladar ahora al Pacíco y no solo porque ahí se encuentre Estados Unidos o Japón, sino porque el
sureste asiático lo ha impulsado en las últimas tres décadas.
Para el trabajo de este documento, dedicado a América Latina, se optó por trabajar con una muestra
representativa de 20 países de la región: Brasil que representa un 33.91% del PIB regional de la muestra
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durante 2016, México que aporta 22.30% del PIB latinoamericano, Argentina cuya participación es de
10.16%, Venezuela con 6.02%, Colombia con 5.71%, Chile con 4.99%, Perú con 3.9%, Ecuador 2.04%,
Cuba 1.96%, Guatemala 1.48%, República Dominicana 1.47%, Panamá 1.2%, Costa Rica 1.16%,
Uruguay 1.05%, Bolivia 0.64%, El Salvador 0.57%, Paraguay 0.54%, Honduras 0.46%, Nicaragua
0.26% y Haití con 0.18% (datos de elaboración propia con información de UNSTAS, 2017).
En términos generales, la actividad económica se divide en tres: actividades primarias, secundarias
y terciarias. Las actividades primarias son las que emplean elementos naturales como la agricultura,
ganadería, pesca, minería y explotación forestal; las secundarias son las que toman los productos
primarios y las manufacturan; y el terciario, se reere al sector servicios.
En este contexto, las actividades primarias son las de menor desarrollo tecnológico y menor valor
agregado, a diferencia de la industria manufactura cuyo desarrollo tecnológico y valor agregado es mayor.
Partiendo de ello, una economía puede estar primarizada, industrializada o terciarizada, entendiéndose
aquella actividad que mayor participación tiene en la generación de riqueza.
Es aquí donde existe el adjetivo de Economía Industrializada y Economía Primarizada, reriéndose
a las primeras a aquellos países cuyas rentas son altas, su desarrollo es alto, y en términos generales
han sobresalido en el bienestar. Caso contrario sucede con los países dedicados al modelo primario-
exportador.
En la historia económica del siglo XX en América Latina se observan tres procesos de políticas
económicas, que persistieron antes de la apertura comercial vigente: el modelo “primario-exportador”,
la industrialización a través de la “sustitución de importaciones” y el “desarrollo estabilizador”.
Actualmente algunos países de América Latina, como Brasil y México, son considerados Nuevos Países
Industrializados, ya que la región transitó a lo largo del siglo pasado de tener una economía impulsada
por la exportación de bienes primarios a la industrialización.
Ahora bien, para Bolinaga y Slipak (2015) la globalización ha recongurado las relaciones económicas
mundiales que opera sobre dos grandes procesos: el ascenso de China y el tránsito del epicentro
económico mundial hacia el Pacíco Norte, y la crisis económica nanciera internacional iniciada en
2008 y el declive de las economías desarrolladas.
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En ese contexto de cambio mundial, se vive un cambio en el Consenso universal pactado, pasando
del de Washington al de Commodities. El comercio internacional de productos primarios, es decir,
commodities, está orientando a una posible “reprimarización” de las economías, o al menos en su
capacidad exportadora, situación que América Latina había abandonado a principios del siglo pasado
(Slipak, 2014).
“Reprimarización productiva” es un proceso complejo que implica la reorientación de los recursos
de una economía hacia actividades de menor contenido de valor agregado, generalmente actividades
primario-extractivas. Este proceso limita las posibilidades para que los países de la región desarrollen
transformaciones estructurales en sus matrices productivas, las cuales podrían permitirles una inserción
comercial internacional basada en actividades económicas de mayor dinamismo (Slipak, 2014).
¿Qué se importa y exporta en estas relaciones observadas? ¿En qué sentido de balanza comercial se da
esas relaciones? De entrada, hay un efecto positivo en el corto plazo que se traduce en el aumento de los
precios de exportación y por lo tanto crece el ingreso derivado de las exportaciones, pero a largo plazo se
verica el efecto negativo, se estimula la especialización productiva en productos primarios y derivados,
lo que conduce a la reprimarización productiva (Bolinaga y Slipak, 2015).
En suma, las posibles consecuencias que se derivan del nuevo Consenso de Commodities son claras:
Reprimarización exportadora y por ende productiva;
Alta concentración de las exportaciones de la región en escasos rubros (sin duda vinculados a los
productos primarios), y
La inversión extranjera directa proveniente de China tiende atender las demandas del país asiático.
Llegado a este punto de denición, es necesario cuestionarse si ¿América Latina está pasando
por un proceso de cambio de paradigma de desarrollo, precisamente en función de la tendencia de
reprimarización? Para dar respuesta es necesario a qué se reere con “consenso económico”.
La metodología de los “consensos”, más allá del tradicional efecto jurídico y político que tenían los
tratados o acuerdos internacionales durante la mayor parte de la evolución del sistema interestatal, los
“consensos” tiene mayor aceptación y exibilidad debido a que parten del entendimiento político. Así,
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los “consensos” son la clave para comprender cómo se ha reformulado la capacidad de inuencia de
algunos países centrales en la periferia del sistema internacional.
Del Consenso de Beijing, o de Commodities emergen dos situaciones que modican la tesis cepalina
sobre el centro-periferia. La primera consiste en que el comercio de la periferia con el nuevo centro de
poder en ascenso se reformuló bajo la lógica de productos con alto contenido de valor agregado por
materias primas o productos básicos de escasa tecnicación. La segunda es que China ya tiene capacidad
para inuir en la periferia e imponer sus intereses bajo la lógica de “consensos”, lo cual supone mayor
proximidad con la eventual posibilidad de ejercer hegemonía.
La relación de China con América Latina no se presenta de manera homogénea, y el proceso de
reprimarización observado en la primera respuesta tampoco se presenta como un patrón general para el
caso mexicano, y esto se debe al tipo de productos dados en la composición de comercio internacional
entre estas regiones.
En cambio, el extractivismo “clásico” o “conservador” que se caracteriza por la perpetuación de la
política neoliberal patrones como la transnacionalización, la desregulación y la privatización, donde
México y Colombia son vistos como los mejores ejemplos de este último modelo (Brand, Dietz, y Lang,
2016).
Una primera revisión sobre la denición del concepto en cuestión, Portillo Riascos (2014) reere que el uso
del término “extractivismo” se ha venido difundiendo en la literatura latinoamericana sin existir precisión
acerca del mismo, y por tanto, se ha relacionado con diversas actividades asociadas a la explotación de
los recursos naturales. Carvajal (2016) parte de la denición de extractivismo concibiéndolo como un
modelo económico y político basado en la mercantilización y explotación desenfrenada de la naturaleza.
El extractivismo en general se entiende como una estrategia de acumulación y en términos de las
estructuras económicas relacionadas con él, “sobre la base de la sobreexplotación de los recursos
naturales, así como la expansión de las capitales fronteras hacia territorios previamente considerados no
productivos” (Bolinaga y Slipak, 2015).
Portillo Riascos (2014) describe tres rasgos fundamentales que caracterizan al extractivismo: a)
explotación intensiva o a gran escala de los recursos naturales, tanto renovables como no renovables; b)
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grado de procesamiento nulo o mínimo; y c) los bienes que se extraen se destinan fundamentalmente
hacia la exportación.
En medio de esta reorientación económica, surge el término extractivista y neo-extractivista. Los
términos extractivismo y neoextractivismo están estrechamente vinculados a la crítica del resurgimiento
de una economía dominada por el capitalismo y modelo de crecimiento orientado a la extracción y
exportación de materias primas, uno que se ha llevado a cabo en muchos países de América Latina desde
el cambio de milenio (Bolinaga y Slipak, 2015).
Es decir, de este fenómeno, se distinguen dos modalidades, en su versión clásica, así como en su modelo
neoextractivista. Por un lado, el objetivo fundamental dentro del extractivismo clásico es alcanzar altas
tasas de crecimiento económico a través del estímulo de las exportaciones. En este marco, la IED en
sectores como la minería y los hidrocarburos resulta fundamental. Para incentivar dichas actividades se
ofrecen unas condiciones ventajosas, con las cuales, se logra atraer capitales que permiten incrementar
los niveles de producción en periodos de tiempo relativamente cortos. Las medidas adoptadas para
alcanzar estos objetivos son: disminución de la carga impositiva, otorgamiento de facilidades para la
repatriación de utilidades, reducción de las exigencias medioambientales y laborales (Portillo Riascos,
2014).
Para incentivar sectores como la minería y los hidrocarburos se ofrecen unas condiciones ventajosas, con
las cuales, se logra atraer capitales que permiten incrementar los niveles de producción en periodos de
tiempo relativamente cortos.
En el extractivismo convencional el Estado asume un papel pasivo, que se restringe a garantizar las
condiciones básicas, tales como, exibilización laboral, ambiental, tributaria, movimientos de capital
etc. Las políticas se adecuan a las necesidades del capital privado (transnacionales) y se establece como
objetivo propio el crecimiento de la economía (Portillo Riascos, 2014).
Bajo el argumento de los fallos de mercado, la intervención del Estado resulta fundamental, particularmente
en aquellos sectores que se consideran estratégicos, tales como, la minería y los hidrocarburos. Por la
importancia en el conjunto de la economía de algunos países, la forma y características que adquiere
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el modelo de explotación. En el marco expuesto anteriormente, se empieza a congurar una nueva
variante de extractivismo (Portillo Riascos, 2014).
2. METODOLOGÍA
Esta investigación se diseña con una metodología no experimental, longitudinal y de tendencia. Esto es
así ya que, según Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2014) lo “no experimental”
la dene como las que se realizan sin la manipulación deliberada de variables y en los que sólo se
observan los fenómenos en su ambiente natural para analizarlos. Los autores en mención señalan que
en ocasiones los estudios no experimentales se centran en: (a) analizar cuál es el nivel o modalidad de
una o diversas variables en un momento dado; (b) evaluar una situación, comunidad, evento, fenómeno
o contexto en un punto del tiempo; y/o (c) determinar o ubicar cuál es la relación entre un conjunto de
variables en un momento.
Tal y como señalan Hernández Sampieri, et al (2014), debido al objetivo de investigación es que se optó
por el desarrollo de un diseño no experimental. En el mismo enunciado del objetivo se plantea el describir
al fenómeno, y para ello una metodología del tipo experimental no satis facería el cumplimiento de este.
La investigación de corte mixta, con un alcance exploratorio-descriptivo y una metodología no
experimental, longitudinal y de tendencia es como se va a analizar el impacto de China sobre el sector
agroalimentario en México para las últimas décadas.
Ahora bien, para poder hacer el análisis de la reprimarización, es necesario saber qué comprende al
sector primario. Ganduglia y De Obschatko (2004) denieron al sector agroalimentario que dentro
de estos mismos está la Industria de los Alimentos y el procesamiento. La agricultura y la ganadería
son parte del sector primario, pero no así la agroindustria. Para denir la otra variable, es necesario
dejar en claro a qué se reere con el sector en cuestión. El sector primario es el conjunto de actividades
económicas que las personas realizan para obtener recursos de la naturaleza: agricultura, ganadería,
explotación forestal, pesca y minería (Oxford University Press, 2018).
Ahora hay que denir el sector primario del comercio. Haciendo un análisis de los 99 capítulos, se decide
que el siguiente conjunto se identica como el Sector Primario; mientras que el Sector agroalimentario
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abarcaba los primeros 24 capítulos, de esos 24 solo los comprendidos entre el 1 y el 14 se relacionan al
sector primario, ya que el resto tiene que ver con la agroindustria. A esos primeros 14 capítulos, que
abarcan el comercio de las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras, había que sumarle lo referido a
la minería (capítulos 25, 26 y 27), y el sector forestal (capítulo 44).
En el estudio, se obtiene la información de por lo menos tres bases de datos importantes elaborados por
organizaciones internacionales: TRAINS-UNCTAD, BID/LAR-OMC y COMTRADE-UNSD.
División de Estadística de Naciones Unidas – COMTRADE (Comtrade-UNSD)
COMTRADE-UNSD proporciona el acceso es gratuito para todos los usuarios con un límite de 50
000 archivos por descarga. Hay acceso ilimitado a descargas para usuarios institucionales (instituciones
académicas, Gobiernos, organismos intergubernamentales, ONG) de países en desarrollo sobre la lista
de la AIF, proveedores de datos, misiones permanentes de las Naciones Unidas y miembros del Comité
de Coordinación de las Actividades Estadísticas (CCSA, por sus siglas en inglés) y usuarios que tienen
acceso a contenido exclusivo de la UNSD (Banco Mundial, 2016).
Comtrade-UNSD contiene información del ujo comercial anual sobre importaciones, exportaciones y
reexportaciones desde 1962. Incluye el valor y la cantidad de comercio por categoría de productos en la
CUCI desde 1962 y en el SA desde 1988.
3. RESULTADOS
3.1. EVIDENCIA PRODUCTIVA SOBRE LA REPRIMARIZACIÓN
Partiendo de la base de datos de Naciones Unidas (2017), esta misma ofrece el valor del producto interno
bruto desglosado en: a) agricultura, caza, silvicultura, pesca; b) minería; c) manufactura; d) construcción;
e) comercio y servicios; f) comunicaciones y transporte; y g) otras actividades.
Conforme a la teoría, la suma de los valores de los primeros dos segmentos enunciados conforman el
sector primario. Aunque el sector primario sin la participación de la minería tiene un comportamiento
distinto. El mercado de productos mineros, está sujeto al comportamiento internacional, sobre todo
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por la demanda que en estos ejercen tanto Estados Unidos como China (Gomero González, 2017). A
continuación, se muestra la proporción únicamente del sector minero en su participación de generación
del PIB.
Tabla 1. Participación del Sector Minero en el total del PIB en 2016 (porcentaje).
País Porcentaje
Venezuela 30.64
Ecuador 26.01
Perú 25.73
Bolivia 25.62
Chile 24.09
México 23.38
Guatemala 22.79
Colombia 22.34
El Salvador 22.13
Argentina 22.01
Paraguay 21.81
Honduras 21.01
Nicaragua 21.00
República Dominicana 19.15
Brasil 18.70
Cuba 17.77
Uruguay 17.40
Costa Rica 16.77
Haití 10.50
Panamá 10.24
Fuente: elaboración propia con información de UNSTATS (2017).
Cuatro países presentan una participación del sector minero mayor a un cuarto del total de su PIB
durante el 2016, destacando Venezuela. Hay que señalar que en este rubro minero dado por UNSTATS,
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se incluye la extracción de hidrocarburos como parte de la actividad. En el último dato reportado por
Venezuela a Banco Mundial (2018), la renta petrolera como porcentaje del PIB en 2014 alcanzaba el 9.4
por ciento. Banco Mundial (2018) dene la renta del petróleo como participación del PIB a la diferencia
entre el valor de la producción de petróleo crudo a precios mundiales y los costos totales de producción.
Sobre este dato, el de la renta petrolera como porcentaje del PIB, Banco Mundial señala en su base de
datos que en el 2000, para Venezuela signicó el 9.52%, en 2005 alcanzó un máximo del 23% y en 2009
un mínimo del 6.9%. La volatilidad de la participación de la renta petrolera en el PIB venezolano tiene
una explicación respecto al precio del barril del petróleo (Banco Mundial, 2018).
Para 2016, Ecuador fue el país con mayor participación de la renta petrolera en su PIB de América
Latina, con un 3.8 por ciento, aunque habría que aclarar que Venezuela dejó de reportar el dato desde
2014. A Ecuador le siguieron Trinidad y Tobago (2.3%), Colombia (2.2%), México (1.5%), Bolivia
(1.2%) y Brasil (1%). Otros países como Argentina, Perú o Guatemala tienen una participación menor.
El mercado de productos mineros está anclado al comportamiento de la economía global, especialmente
a países como la China y Estados unidos congurados como las primeras potencias económicas en este
mundo globalizado, señala Gomero Gonzales (2017). El sector minero por solo es muy signicativo
para toda América Latina. El siguiente cuadro muestra la participación del sector para el lapso 2000 a
2016.
Tabla 2. Participación del Sector Minero en el total del PIB del 2000 al 2016.
Año Venezuela Ecuador Perú Bolivia Chile México
2000 40.39 31.14 26.39 24.99 30.21 28.26
2001 34.90 25.85 26.48 24.79 30.56 27.50
2002 38.93 24.74 26.87 24.64 30.94 27.06
2003 43.85 23.81 27.45 25.79 29.66 25.00
2004 47.50 24.73 30.64 27.64 32.95 26.23
2005 49.99 25.93 32.57 28.35 33.87 26.10
2006 47.37 27.46 35.69 30.92 38.64 27.15
2007 42.55 27.95 35.54 32.04 37.29 26.74
2008 43.56 30.27 33.45 33.99 30.51 27.02
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DOI: http://dx.doi.org/10.17993/3cemp.2019.080339.118-149
Año Venezuela Ecuador Perú Bolivia Chile México
2009 32.00 24.30 30.15 31.88 29.94 24.64
2010 42.45 26.54 32.27 32.68 32.26 25.59
2011 43.48 28.39 34.09 34.28 31.38 26.58
2012 38.74 28.40 31.75 33.59 28.47 26.74
2013 38.32 27.97 29.62 32.89 26.95 25.41
2014 30.59 27.43 26.98 31.52 26.80 25.48
2015 22.70 22.52 25.56 27.32 25.23 23.99
2016 30.64 26.01 25.73 25.62 24.09 23.38
Fuente: elaboración propia con información de UNSTATS (2017).
Para Venezuela, la volatilidad de la participación del sector se observa, inicia del 40 por cientos, desciende
y asciende; en el 2005 alcanza un clímax cercano al 50 por ciento de su economía. Se observa de Bolivia
y Perú una cierta estabilidad en cuanto a la participación de la minería, no deja de llamar la atención
la fuerte participación superior, en todo momento al 25 por ciento. Por su parte, México ha reducido la
participación minera en el PIB, al pasar de un cercano 29 a un cercano 23 por ciento.
Se observa de Bolivia y Perú una cierta estabilidad en cuanto a la participación de la minería, no deja de
llamar la atención la fuerte participación superior, en todo momento al 25 por ciento.
La otra actividad, dada en el registro de UNSTATS (2017), es el resto del sector primario, dado como
“agricultura, ganadería, silvicultura, pesca”. Para el análisis de estos se presentan los siguientes cuadros
donde se reere a la participación de la Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca en el PIB de 20
países en América Latina.
Se presentan tres cuadros ordenados conforme a la participación registrada en 2016. El primero de ellos
son los países que presentaron una participación superior al 10 por ciento, el segundo es el que está dado
en un rango entre el 5 y el 10 por ciento, y el último son los países con una participación menor al 5 por
ciento de esos 20 países.
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Tabla 3. Participación de la Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca en el total del PIB del 2000 al 2016.
Año Paraguay Nicaragua Haití Bolivia Honduras Guatemala
El
Salvador
Ecuador
2000 18.49 19.69 23.46 14.27 15.21 24.04 10.04 16.73
2001 17.79 18.45 23.61 14.51 14.02 14.72 9.69 14.07
2002 14.92 18.00 22.75 14.28 12.92 14.81 8.76 12.22
2003 18.28 17.12 22.64 14.87 12.27 14.07 8.59 11.66
2004 20.38 17.44 22.29 14.89 12.85 13.63 9.17 10.37
2005 19.56 17.80 22.35 13.89 13.11 13.06 10.19 10.04
2006 19.09 17.56 22.14 13.38 12.40 11.87 10.30 9.90
2007 21.23 18.19 21.85 12.39 12.35 12.06 11.41 9.84
2008 23.55 17.85 19.84 12.94 12.43 11.63 12.07 9.30
2009 18.92 17.59 20.34 13.29 11.06 12.05 11.90 10.50
2010 22.53 18.73 20.96 12.36 11.85 11.44 12.07 10.18
2011 22.28 20.87 19.45 12.04 14.47 11.47 12.02 9.94
2012 18.11 19.52 18.68 12.33 13.80 10.90 11.46 9.06
2013 21.53 18.27 18.53 12.67 12.37 10.94 10.57 9.21
2014 20.55 18.49 17.58 12.36 12.90 11.00 10.82 9.48
2015 19.24 18.23 16.41 12.58 12.80 10.76 10.70 10.11
2016 18.97 17.29 16.70 12.94 12.71 10.72 10.61 9.60
Fuente: elaboración propia con información de UNSTATS (2017).
Aunque en este primer grupo, Paraguay es en 2016 el país con mayor participación del sector, no era así
en el inicio del siglo. En el 2000, Guatemala y Haití compartían una similitud en cuanto el porcentaje
que representaba la agricultura-ganadería-silvicultura-pesca respecto al PIB, estando por encima del 20
por ciento de participación.
Tabla 4. Participación de la Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca en el total del PIB del 2000 al 2016.
Año Perú Argentina Colombia Uruguay
República
Dominicana
Venezuela Costa Rica Brasil
2000 8.85 4.61 8.95 6.42 7.42 4.11 10.26 5.46
2001 8.63 4.45 8.98 5.98 7.72 4.43 9.32 5.81
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DOI: http://dx.doi.org/10.17993/3cemp.2019.080339.118-149
Año Perú Argentina Colombia Uruguay
República
Dominicana
Venezuela Costa Rica Brasil
2002 8.23 9.98 9.20 8.07 7.42 3.99 9.36 6.41
2003 8.02 10.34 9.04 10.51 7.14 4.43 9.78 7.19
2004 7.62 9.83 8.62 12.26 7.47 3.95 9.79 6.67
2005 7.53 9.33 8.44 9.80 7.73 3.96 9.56 5.48
2006 7.22 8.17 8.09 10.06 7.33 3.90 9.38 5.14
2007 7.31 8.83 7.83 9.55 7.08 4.00 8.87 5.18
2008 7.80 8.73 7.52 10.24 6.80 4.34 7.81 5.41
2009 8.07 6.29 7.47 8.73 6.59 5.97 7.74 5.24
2010 7.46 8.50 7.10 8.00 6.45 5.66 7.19 4.84
2011 7.71 8.33 6.85 9.83 6.02 5.29 6.40 5.11
2012 7.36 6.89 6.33 8.99 5.74 5.28 5.91 4.90
2013 7.32 7.21 6.08 8.43 5.41 5.15 5.51 5.28
2014 7.47 8.00 6.18 7.44 5.44 5.35 5.63 5.03
2015 7.76 6.04 6.62 6.75 5.79 6.26 5.36 4.97
2016 7.60 7.56 7.12 6.60 6.06 5.58 5.51 5.06
Fuente: elaboración propia con información de UNSTATS (2017).
En este segundo bloque, hay comportamientos diferentes, mismos que son parte del objetivo de
investigación. Perú tiene una baja leve en la participación, igual que Colombia. La caída con mayor
registro en este bloque es Costa Rica. El proceso de aumento en la participación de este subsector se
observa en Argentina y Venezuela.
El último bloque que se presenta, tienen como particularidad la baja participación del subsector
enunciado para el producto interno bruto. Con excepción de México, el resto de los países contabilizan
bajas en el porcentaje dado para el periodo. México tuvo una constante oscilando en el 3.5 por ciento.
Tabla 5. Participación de la Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca en el total del PIB del 2000 al 2016.
Año Chile Cuba México Panamá
2000 5.77 6.69 3.49 6.98
2001 5.05 6.46 3.58 7.46
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Año Chile Cuba México Panamá
2002 5.41 6.00 3.46 7.48
2003 4.95 5.81 3.57 7.69
2004 4.49 5.53 3.49 7.22
2005 4.57 4.41 3.21 6.78
2006 4.29 3.44 3.20 6.34
2007 4.13 3.95 3.31 5.21
2008 4.05 3.87 3.24 4.80
2009 4.06 3.97 3.38 4.11
2010 3.93 3.65 3.36 3.89
2011 4.00 3.65 3.20 3.43
2012 3.61 3.89 3.27 3.27
2013 3.70 3.97 3.27 3.07
2014 4.28 3.98 3.31 3.06
2015 4.31 3.88 3.40 2.83
2016 4.30 3.87 3.58 2.58
Fuente: elaboración propia con información de UNSTATS (2017).
Con los dos subsectores presentados, se puede construir el comportamiento del Sector Primario de la
Economía, es decir, por un lado, se conoció la evolución de la minería en esta muestra de países de
América Latina, y por el otro lo relativo a la Agricultura-Ganadería-Silvicultura-Pesca-Forestal. Es de
interés de la investigación conocer la posible existencia de un aumento en la participación productiva del
sector primario, para conforme a lo revisado en la sección anterior, estar hablando de una reprimarización
de la economía.
En la muestra de 20 países de América Latina, haciendo la contabilidad sectorial para el año 2016, se
encuentra lo siguiente:
En 2016, ocho países registraron una participación del sector primario que supera un tercio de
su producto interno bruto: Paraguay (40.78%), Bolivia (38.56%), Nicaragua (38.28%), Venezuela
(36.22%), Ecuador (35.61%), Honduras (33.72%), Guatemala (33.51%) y Perú (33.33%).
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Existen otras once economías donde la participación primaria en el PIB es menor a un tercio del
mismo pero superior a la quinta parte: El Salvador con 32.73%, Argentina con 29.57%, Colombia
con 29.47%, Chile con 28.40%, Haití con 27.20%, México con 26.95%, República Dominicana
con 25.21%, Uruguay con 24%, Brasil con 23.76%, Costa Rica con 22.28% y Cuba con 21.65%.
Panamá es el único país de la muestra cuyo porcentaje de participación del sector primario en el
producto interno bruto es menor al de los dos grupos enunciados arriba, su porcentaje para 2016
se registró en 12.82%.
Como dato adicional, Estados Unidos en 2016 registró un 15.86 por ciento de participación del sector
primario en la generación del PIB. Aunque hay que recalcar que menos del 1% proviene del subsector
relativo a agricultura-ganadería-silvicultura-pesca-forestal y el resto precisamente del subsector minero.
Del 2000 al 2016, Estados Unidos registra tasas oscilatorias entre el 15 al 18 por ciento de participación
del sector primario. En todo momento se observa que la participación del subsector relativo a la
agricultura-ganadería-silvicultura-pesca-forestal, se registra en el 1%, por ende las oscilaciones de más
o menos participación provienen del subsector minero. El dato es interesante, para tener algún punto de
referencia sobre la posible primarización, o en su caso reprimarización de las actividades productivas.
El primer bloque de países de América Latina enunciado en los puntos de arriba, pudiera referirse a
economías claramente primarizadas en su sector productivo, ya que más de un tercio de su PIB proviene
de este sector, lo que deduce que los otros dos sectores de la economía tienen menores intervenciones en
la generación de riqueza.
El primer bloque de países de América Latina enunciado en los puntos de arriba, pudiera referirse a
economías claramente primarizadas en su sector productivo, ya que más de un tercio de su PIB proviene
de este sector.
Argentina que se encuentra en el segundo grupo, la participación de su sector primario en el PIB superior
a un tercio lo registró durante una parte del periodo de análisis, al menos de 2002 a 2010. En el 2000,
el total del sector se contabilizó en poco más del 26 por ciento, llegó a ascender hasta el 40% para el
2004, y registró tasas del 38, 37, 36 por ciento durante 2005, 2006 y 2007 respectivamente. Aunque en el
2016 se estimó en 29.57, Argentina es el país que registra un avance mayor en la participación del sector
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3C Empresa. Investigación y pensamiento crítico. ISSN: 2254-3376
primario con respecto al PIB del 2000 al 2016. A Argentina le siguen Nicaragua y Paraguay, ambos del
primer bloque enunciado. Nicaragua en el 2000 contabilizó 35.68% de participación primaria en el
PIB, mismo que asciende 2.6 puntos porcentuales para llegar a 2016 con 38.28%. Paraguay es el caso de
mayor participación primaria en todo el periodo, de inicio a n, aunque el 2000 este fue de 38%, llegó
a superar el 50% en 2005 y cierra con más del 40% en 2016.
Uruguay brincó en el 2000 de 23.24% al 2016 con 24%, sin embargo, también tuvo un fuerte ascenso
en el intermedio del tiempo. En 2004 registró una participación superior al 32%, y tanto en 2003 como
2005 fue superior al 30%. De 2007 a 2011 Uruguay tiene una participación primaria superior al 25%.
Los casos de Bolivia, Chile, Perú y Venezuela, tienen una similitud: durante la primera década del siglo,
se registraron fuertes aumentos en la participación productiva del sector primario con respecto a su
PIB. Bolivia que en el 2000 superaba el 39% se acercó al 47% de su PIB en el 2008, y solo exceptuando
2016, en todos los años muestra un porcentaje superior al del año 2000. Chile en el 2000 ascendía a
35% y empezó a contabilizar un porcentaje menor a ese valor a partir de 2012, aunque años como 2006
y 2007, la participación primaria fueron superiores al 40 por ciento. Perú inicia también con 35% de
participación primaria en su PIB, y es hasta 2014 cuando registra una contabilidad menor a ese valor, de
2005 a 2012, el sector primario aporto en promedio el 40% del PIB peruano. Venezuela, que en el año
2000 tenía el más alto valor de participación del sector en su PIB con 44.49%, lo llegó a incrementar
hasta superar el 50 por ciento del 2003 al 2006, y fue hasta 2012 que regresó a valores cercanos al 44%.
El resto de países de América Latina muestran claras tendencias a la baja en la participación primaria,
donde no hubieron, los fenómenos descritos en el párrafo anterior, es decir, un ascenso y luego un
descenso. Países como México, que en el año 2000 tenía una participación primaria del 31.74%, año
tras año a reducido ese nivel hasta colocarse en el 26% de 2016. Lo mismo ha sucedido con Brasil,
Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador y República Dominicana, todos estos países que tienen un
porcentaje menor a un tercio de su PIB con participación primaria en 2016.
Guatemala y Ecuador, que ambos países para 2016 tienen tasas superiores al tercio del PIB, también
han reducido paulatinamente su participación, es aquí donde surge la interrogante, ¿son economías
primarizadas? Porque es notorio que al menos en su sector productivo no se han volcado a la
reprimarización.
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El fenómeno de reprimarización no solo se puede medir a través del PIB, y caso de ello es precisamente
China, mismo que se ha convertido para autores como Dussel (2008) o Dickens (1999), en la fábrica del
mundo. La participación del sector primario chino en 2016 es del 42.17%, el cual se ha reducido desde
el año 2000 el cual fue de más de 55 por ciento. Dada esta particularidad, es necesario hacer un análisis
más allá de los sectores productivos, y es por ello que se requiere conocer el comportamiento exportador
de los países para poder determinar si existe un perl primario o en su caso, una reprimarización.
Es necesario hacer un análisis más allá de los sectores productivos, y es por ello que se requiere conocer
el comportamiento exportador de los países para poder determinar si existe un perl primario o en su
caso, una reprimarización.
3.1. LA INFLUENCIA COMERCIAL DE CHINA
Cuando se habla de China no se piensa en una economía primarizada, a pesar de que gran parte
de su PIB proviene aún del sector primario. Aunque, según señaló Slipak (2014), las exportaciones
pueden orientar la vocación productiva de los países. De China se observa un acelerado proceso de des
primarización en su PIB, y para ello es cuestión de observar la tasa de participación primaria en su PIB
(elaboración propia con datos de UNSTATS, 2017): 1990 con 63.41%; 1995 con 60.58%; 2000 con
55.05%; 2005 con 53.59%; 2010 con 49.79% y 2015 con 43.45%.
En 25 años ha caído 20 puntos la participación del sector primario en su producto interno bruto y la
tendencia continua, aunque hay que decir que esa característica está siendo acompañado, tal y como
señala la teoría sobre la reprimarización, por una tendencia similar en las exportaciones de China. De
la base de datos de comercio, también de Naciones Unidas, COMTRADE, se aglutinan los capítulos
relativos al sector primario de la economía, para así conocer ahora, la participación del sector primario
en las exportaciones.
En la siguiente gráca se observa la caída señalada en el párrafo anterior. Las exportaciones primarias
chinas, año tras año se han reducido en su participación respecto al total de exportaciones.
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Gráco 1. Participación de las exportaciones del sector primario chino en el total de las exportaciones chinas, 1995-2015.
Fuente: elaboración propia con información de COMTRADE (2017).
Hay que señalar que los valores absolutos, en las exportaciones primarias chinas no han disminuido, por
lo que la caída en la participación se explica entonces, por el crecimiento acelerado en las exportaciones
de otros sectores. Según COMTRADE (2017), para el 2015 las exportaciones primarias de China se
contabilizaron en 85 mil millones de dólares (constantes a 2004), mientras que en el año 2000, la cifra
superaba los 20 mil millones. La comparación realizada entre el comportamiento de la participación del
sector primario tanto en la generación del PIB como en el total de las exportaciones, ayuda a encontrar
la posible existencia de una reprimarización o la posible existencia de una tendencia en ese sentido para
las economías de América Latina. Al menos en el caso de China sí se observa que una tendencia va
acompañada de la otra.
Las exportaciones de América Latina, a inicios del siglo XX detonaron un modelo primario-exportador,
y conforme a los datos recopilados de COMTRADE (2017), para el año 2016, la participación de las
exportaciones primarias en el total de exportaciones son las siguientes:
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Tabla 6. Participación de las exportaciones del sector primario en el total de exportaciones por país de América Latina en 2016.
País Porcentaje
Ecuador 75.04
Uruguay 72.07
Paraguay 71.73
Bolivia 65.38
Colombia 64.50
Perú 55.02
Chile 49.66
Honduras 47.42
Brasil 40.12
Guatemala 34.82
Argentina 34.40
Costa Rica 31.59
México 10.81
El Salvador 7.10
Panamá 3.49
Fuente: elaboración propia con información de COMTRADE (2017).
Tres países de la muestra con la que se ha venido trabajando, no reportaron datos para el año 2016,
Cuba, Nicaragua y Venezuela. Para ese mismo año, economías industrializadas como Estados Unidos y
Canadá registraron tasa de 14.11 y 29.38 por ciento respectivamente, y China mismo registró un 4.08%.
Algunas consideraciones que hay que tomar en cuenta de los datos que se presentan sobre el
comportamiento exportador:
A diferencia del Producto Interno Bruto, no se contempla en ningún momento el sector servicios,
debido a que el las actividades relacionadas al sector terciario de la economía no se contabilizan
en las aduanas, por lo tanto no aparece en la base de datos de COMTRADE.
Al igual que en el análisis del PIB, el sector primario se incluye el subsector minero, que en todo
momento es la parte mayoritaria del análisis.
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En su mayoría, los países de América Latina tienen una vocación primaria-exportadora, tal y como se
muestra en la tabla. Partiendo de que solo hay dos sectores de la economía medidos en este indicador
(primario y secundario), todo aquel país que supure o se acerque al 50%, denitivamente tiene esa
vocación: Ecuador, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Perú, y Chile que se encuentra muy próximo
al umbral.
Tabla 7. Participación de las exportaciones del sector primario en el total de exportaciones por país de América Latina del 2000
a 2015.
País 2000 2005 2010 2015
Argentina 42.89 42.79 35.65 31.78
Bolivia 44.25 69.47 76.21 73.01
Brasil 22.18 30.16 44.90 44.37
Chile 39.24 47.16 38.87 47.29
Colombia 62.36 56.47 67.61 67.52
Costa Rica 27.74 24.98 27.10 30.27
Cuba 12.53 7.17 No reportó No reportó
Ecuador 81.80 82.42 79.57 73.70
El Salvador 15.73 9.33 10.68 8.09
Guatemala 48.70 28.63 34.54 35.07
Honduras 66.60 59.20 53.98 No reportó
México 13.52 18.81 17.97 11.37
Nicaragua 77.91 67.96 63.76 36.49
Panamá 71.17 80.92 No reportó No reportó
Paraguay 82.67 81.38 81.14 70.61
Perú 26.62 40.04 46.49 51.87
Uruguay 45.84 59.85 68.04 68.20
Venezuela 87.70 88.41 94.58 No reportó
Fuente: elaboración propia con información de COMTRADE (2017).
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Con el cuadro anterior, se puede hacer la siguiente clasicación de grupos: con tendencia a aumentar o
con tendencia a disminuir la participación primaria. Por un lado los que han aumentado su participación
del sector en las exportaciones son: Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú, Uruguay
y Venezuela; y por el otro, los que marcan una tendencia a disminuir la participación sectorial son:
Argentina, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Paraguay.
El caso de Ecuador, que muestra una tendencia a la baja, no deja de ser un país sumamente exportador del
sector primario. Venezuela, los últimos años que reportó ante la base de datos de comercio de Naciones
Unidas (COMTRADE, 2017), es 2013, donde reeja que casi el 100 por ciento de sus exportaciones son
precisamente del sector primario, un 98.02% para ser exactos.
En el cuadro de 2016, se observaron siete países (Ecuador, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Perú,
y Chile) donde la mitad o más de sus exportaciones tienen un origen primario, a estos se le sumaría
Venezuela. En el cuadro de tendencias, destacan países que aún no llegan al umbral de 50% pero, tienen
una tendencia creciente del sector primario, Brasil y Costa Rica. Con esto se puede llegar a la conjetura
de que en América Latina hay una fuerte vocación primario-exportadora y con tendencia creciente, al
menos en lo que va del siglo.
En América Latina hay una fuerte vocación primario-exportadora y con tendencia creciente, al menos en
lo que va del siglo.
América Latina en su conjunto forma parte de la OMC, y por lo tanto las reglas y el acuerdo en sus
aranceles se jaron desde ahí. Hay que tener en cuenta que el primero de enero de 1995, la Organización
Mundial de Comercio (OMC) sustituyó al Acuerdo General de Comercio y Aranceles (GATT), que
llevaba en funcionamiento desde 1947, como organización encargada de supervisar el sistema multilateral
de comercio. A los países miembros del GATT se les denominaba ocialmente “Partes Contratantes del
GATT”. Con la rma de los nuevos acuerdos de la OMC (entre los que se incluye el GATT actualizado,
conocido como GATT desde 1994) se convirtieron ocialmente en “Miembros de la OMC” (OMC,
2018).
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Es decir, al GATT se había incorporado (OMC, 2018): Argentina en 11 de octubre de 1967; Bolivia en 8
de septiembre de 1990; Brasil en 30 de julio de 1948; Colombia en 3 de octubre de 1981; Costa Rica en
24 de noviembre de 1990; Cuba en 1 de enero de 1948; El Salvador en 22 de mayo de 1991; Guatemala
en 10 de octubre de 1991; Honduras en 10 de abril de 1994; México en 24 de agosto de 1986; Nicaragua
en 28 de mayo de 1950; Paraguay en 6 de enero de 1994; Perú en 7 de octubre de 1951; Uruguay en 6
de diciembre de 1953; Venezuela en 31 de agosto de 1990.
Cuando el organismo se transformó en la actual Organización Mundial del Comercio a los países
anteriores de la región se adhirieron: Chile en 1 de enero de 1995; Ecuador el 21 de enero de 1996:
Panamá el 6 de septiembre de 1997; y República Dominicana el 9 de marzo de 1995.
Al iniciar el siglo, todos los países de la muestra que aquí se ha presentado sobre Latinoamérica eran
miembros de la OMC, y hay que recordar que fue en 2001 el año que China ingreso a la Organización
Mundial de Comercio, por ello, se muestra la siguiente tabla, el cual documenta la relación de las
exportaciones primarias de los países de la región con destino a China, antes de la incorporación del
asiático al organismo internacional sobre el total de sus exportaciones al mundo. Este dato es importante
para conocer el efecto de China en el fenómeno descrito.
Tabla 8. Participación de las exportaciones primarias a China respecto a las exportaciones totales al mundo del año
2000.
País Participación
Argentina 2.08
Bolivia 0.33
Brasil 1.28
Chile 1.69
Colombia 0.10
Costa Rica 0.11
Cuba 0.01
Ecuador 1.18
México 0.01
Nicaragua 0.04
Panamá 0.03
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País Participación
Paraguay 0.07
Perú 1.08
Uruguay 1.07
Venezuela 0.05
Fuente: elaboración propia con información de COMTRADE (2017).
Para el año 2000, China ya tendría algunas décadas con un crecimiento económico cercano al 10 por
ciento. Para el año 2000, China aún no ingresaba a la OMC y ya se vislumbraba su papel en el comercio
internacional. En la tabla anterior se observa que América Latina en muy poco exportaba materia
prima, aunque habría que añadirle que las exportaciones totales de la región a China tampoco eran
signicativas. Perú registró en el 2000 un 6.44% del total de exportaciones con destino a China, mientras
Chile exportaba en el año 2000 un 4.95% de sus mercancías a China, Cuba un 4.95%, Uruguay un
3.97%, Argentina un 3.03%, Brasil un 1.97%, Ecuador un 1.2% y el resto de los países menores al 1
por ciento.
La evolución de las exportaciones primarias de Latinoamérica a China se muestra en la siguiente tabla,
en la que se pude apreciar el comportamiento desde 2001.
Tabla 9. Participación de las exportaciones primarias a China respecto a las exportaciones totales al mundo del año 2001-2016
(porcentaje).
País 2001 2005 2010 2015 2016
Argentina 3.29 5.23 7.28 7.55 6.69
Bolivia 0.24 0.53 2.14 4.70 5.49
Brasil 1.96 3.78 12.52 14.72 15.19
Chile 1.88 5.51 7.04 10.54 13.87
Colombia 0.03 0.01 3.34 5.16 2.90
Costa Rica 0.07 0.05 0.07 0.23 0.22
Cuba 0.01 0.05 No reportó No reportó No reportó
Ecuador 0.18 0.02 1.62 3.02 2.90
El Salvador 0.00 0.02 0.00 0.01 0.01
Guatemala 0.01 0.00 0.04 0.05 0.11
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Honduras 0.03 0.48 1.48 No reportó 0.09
México 0.01 0.05 0.60 0.41 0.50
Nicaragua 0.01 0.02 0.11 0.16 No reportó
Panamá 0.09 0.00 0.04 0.00 0.07
Paraguay 0.07 0.19 0.17 0.10 0.08
Perú 2.07 6.19 10.36 16.31 19.02
Uruguay 0.90 0.79 3.12 11.34 10.93
Venezuela 0.24 0.02 0.64 No reportó No reportó
Fuente: elaboración propia con información de COMTRADE (2017).
De la muestra de países que se detalla en la tabla, los primeros en llamar la atención son Venezuela,
Nicaragua y Paraguay, ya que los tres tienen grandes participaciones primarias tanto en PIB como en
exportaciones, pero esto no se reeja en su relación con China. México y en general Centroamérica
(Panamá, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras), tienen exportaciones primarias muy cercanas
a cero.
Brasil, Chile, Perú y Uruguay son casos que para inicio de la presente década, las exportaciones primarias
con destino a China representan más del 10 por ciento del total de exportaciones que estos países.
Incluso Perú mantienen una tendencia más acelerada al acercarse al 20%. Por su parte, Argentina que
no ha llegado al 10%, sí muestra una participación muy alta de estas exportaciones sobre el total de
exportaciones que realiza con el mundo.
Para ser precisos con el tema, en 2016, del total de exportaciones que Chile realizó al mundo, el 28.70%
se dirigió a China, y conforme al cuadro anterior, casi la mitad de esas exportaciones fueron del sector
primario. Perú, del total de sus exportaciones dirigió a China un 23.56% y solamente el 4.54% no son
primarias. Brasil exportó a China el 18.97% del total de sus mercancías y únicamente el 3.78% no
son del sector primario. Uruguay, el total de sus mercancías exportadas en 2016 a China representa el
12.80%, siendo el 10.93% del sector primario. Argentina en total exportó 7.66% a China del cual el
0.97% no corresponde al sector primario.
Ecuador en términos general, es decir, en las exportaciones totales de sus mercancías, dirigidas a China,
tiene un comportamiento bajo. En el año 2000 apenas y superaba el uno por ciento, mientras que en el
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2016 se contabilizó en 3.91%, llama la atención que de ese porcentaje, solo el uno por ciento no sea del
sector primario. Es decir, Ecuador ha aumentado sus exportaciones a China vía sector primario.
4. CONCLUSIONES
En el texto se demuestran tres cosas, la primera de ellas corresponde a la discusión teórica sobre la posible
reprimarización y la manera en que ésta se puede dar. La segunda es que el fenómeno reprimarizador
se dé por la vía de cambios en la estructura productiva que se contabiliza en el propios PIB; y la tercera
es que ese fenómeno se reeje en el comercio internacional.
Para llegar a la conclusión de que sí se observa un fenómeno reprimarizador en algunas economías de
América Latina, se recurrió a analizar la composición del producto interno bruto. Partiendo de que son
3 las actividades económicas: primarias, secundarias y terciarias, si una de las tres supera el tercio en su
participación de generación de PIB, se sobre entiende que hay una economía recargada a ese sector.
En el sentido señalado anteriormente, ocho países registraron una participación del sector primario
que supera un tercio de su producto interno bruto durante 2016: Paraguay (40.78%), Bolivia (38.56%),
Nicaragua (38.28%), Venezuela (36.22%), Ecuador (35.61%), Honduras (33.72%), Guatemala (33.51%)
y Perú (33.33%). Además de estos países, muy cercano al tercio en ese mismo año se encuentran El
Salvador con 32.73%, Argentina con 29.57%, Colombia con 29.47% y Chile con 28.40%.
Además de esos países, con fuerte participación primaria en su PIB, Chile durante un tiempo lo registró,
en el 2000 ascendía a 35% y empezó a contabilizar un porcentaje menor a ese valor a partir de 2012,
aunque años como 2006 y 2007, la participación primaria fueron superiores al 40 por ciento.
Toda esta posible situación de reprimarización productiva, según la teoría presentada en la primera
sección, reere al cambio de consensos, del de Washington al de Comodities, este último siendo empujado
precisamente por China. Bolinaga y Slipak (2015) señalaron cómo el fenómeno reprimarizador de la
actividad productiva va acompañado por un aumento en la participación de las exportaciones primarias.
Aquí se ha demostrado que en gran parte de América del Sur sucede el fenómeno. Y se ha descrito
detalladamente cómo países están exportando sus productos primarios, cada año en mayor medida a
China.
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Para concluir, se establecen tres bloques de países latinoamericanos. En el primero de ellos se ubica México
y Centroamérica, que se caracterizó por no ser inuenciado por China en el proceso reprimarizador.
En este grupo, exceptuando Panamá, los países tienen una aportación primaria al PIB cercana al 20 por
ciento. El caso panameño es muy pequeño, por debajo del 10 por ciento.
El segundo bloque, donde destaca Venezuela y Bolivia, son países con fuerte participación primaria
productiva y exportadora pero no inuenciados por China. Venezuela es altamente exportador primario,
muy cerca del 100 por ciento, y de esa exportación, casi nada se destina a China.
El tercer bloque, conformado por Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay, son países con
tendencias reprimarizadoras con alta inuencia en sus exportaciones primarias a China. En estos países,
en su participación por PIB, algunos como Perú y Uruguay ya tienen una fuerte presencia primaria
que supera el tercio de producto. Otros casos como Brasil y Chile tienen tendencias crecientes en
su participación con respecto a la generación de PIB. Pero otra característica del bloque, es su alta
participación creciente de China como receptor de sus exportaciones primarias.
Conforme a la muestra de 20 países de la región con la que se estuvo trabajando en todo el texto,
solamente Brasil representa un tercio del PIB latinoamericano (para 2016, UNSTATS, 2017), Argentina
un 10%, Chile un 5%, Perú 4%, Ecuador 2% y Uruguay el uno por ciento. En su conjunto, este bloque
de países que están siendo inuenciados por China en el proceso reprimarizador, representan el 55% del
PIB de América Latina.
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